El
cuarto estaba vacío
El cuarto estaba vacío, ¿Qué demonios había
hecho? Se preguntaba aquel preso. La habitación alumbrada por el cálido verano,
mientras tanto el pudriéndose tras esas paredes.
Por alguna extraña razón de logística un
parque se edificaba justo al lado de la prisión, quizás era para atormentar y
torturar a los presos con la libertad, y funcionaba pues nuestro preso no
soportaba escuchar las risas de los niños corriendo libres de un lado a otro, las
risas de los adultos, o el rebotar de las pelotas chocando con el pasto, el se
tiraba al suelo arrepentido por su crimen.
El tiempo pasaba, y el preso cada vez se
desesperaba más y más; corría de un lado a otro chocando con los muros, se
tumbaba al suelo tratando de tapar sus orejas y no escuchar el sonido de la
libertad.
-
¡déjenme
salir, por favor! ¡me arrepiento de lo que hice! ¡no quería hacerlo! – aullaba
Por momentos creía faltarle el aire, sentía
asfixiarse; incluso llego a presentir los muros cerrarse. Era tal su desesperación
que, al acercarse a la puerta, rasgo y golpeo fuertemente esperando algún milagro
del otro lado, pero nada.
Arrepentido y tendido en el suelo, dormía
el criminal y en sueños solo se miraba corriendo en libertad, de aquí para allá,
sintiendo el fresco pasto. De pronto sus orejas captaron aproximarse el pesado
caminar de su carcelero por él pasillo, incluso poniendo atención escuchaba el
sonar de las llaves de la puerta rebotar en el bolsillo de su pantalón. Llego a
pensar que sería su fin, desconcertado tan solo se tiro frente a la puerta,
entonces las escucho, las llaves entrar por la cerradura, capto los pesados
seguros deslizarse por sus mecanismos hasta topar, entonces la pesada puerta se
abrió y lo vio directamente a los ojos, su dueño parado frente a él.
- -Espero
que hayas aprendido tu lección Rulo – se acerco al pequeño cachorro lo acaricio
y le puso su correa.
Entonces el cachorro, por fin era libre,
estaba en el parque persiguiendo su pelota, el cálido verano lo bañaba
completamente y el pasto acariciaba su piel, era el más feliz, entonces el
cachorro se dijo así mismo
- - no volveré
a morder los sillones -.
Como reto extra:
- La historia comienza con una pregunta.
- Debe terminar contestando esta pregunta.
Espero que lo disfruten. Gracias
-D